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El monaguillo: Un servidor alegre en los sacramentos de la iglesia.

Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, por los cuales nos es dispensada la vida divina. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas. Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento

Bautismo

  • Nos da el nacimiento a la vida divina: nos hace herederos del cielo

  • El fruto del Bautismo, o gracia bautismal, es una realidad rica que comprende:

  • El perdón del pecado original y de todos los pecados personales.

  • El nacimiento a la vida nueva, por la cual el hombre es hecho hijo adoptivo del Padre, miembro de Cristo, templo del Espíritu Santo.

  • La incorporación a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y la participación del sacerdocio de Cristo.

Confirmación

  • Fortalece y acrecienta la vida divina: nos convierte en soldados de Cristo

  • La Confirmación perfecciona la gracia bautismal; es el sacramento que da el Espíritu Santo para:

  • Enraizarnos más profundamente en la filiación divina.

  • Incorporarnos más firmemente a Cristo.

  • Hacer más sólido nuestro vínculo con la Iglesia, asociándonos todavía más a su misión.

  • Ayudarnos a dar testimonio de la fe cristiana por la palabra acompañada de las obras.

Reconciliación o Penitencia 

  • Nos devuelve la vida divina perdida por el pecado

  • La confesión individual e íntegra de los pecados graves seguida de la absolución es el único medio ordinario para la reconciliación con Dios y con la Iglesia.

  • Los efectos espirituales de este acramento son:

  • La reconciliación con Dios por la que el penitente recupera la gracia;

  • La reconciliación con la Iglesia;

  • La remisión de la pena eterna contraída por los pecados mortales;

  • La remisión, al menos en parte, de las penas temporales, consecuencia del pecado;

  • La paz y la serenidad de la conciencia, y el consuelo espiritual

  • El acrecentamiento de las fuerzas espirituales para el combate cristiano.

Comunión

  • Alimenta la vida divina

  • La Eucaristía es el memorial de la Pascua de Cristo, es decir, de la obra de la salvación realizada por la vida, la muerte y la resurrección de Cristo, obra que se hace presente por la acción litúrgica.

  •  Por la consagración se realiza la transubstanciación del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bajo las especies consagradas del pan y del vino, Cristo mismo, vivo y glorioso, está presente de manera verdadera, real y substancial, con su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad.

  •  La Comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo:

  •  Acrecienta la unión del comulgante con el Señor.

  •  Le perdona los pecados veniales y lo preserva de pecados graves.

  • Puesto que los lazos de caridad entre el comulgante y Cristo son reforzados, la recepción de este sacramento fortalece la unidad de la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo.

Matrimonio

  • Perfecciona el amor humano de los esposos y les da las gracias para santificarse en el camino hacia la vida divina.

  • La alianza matrimonial, por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima comunidad de vida y de amor, fue fundada y dotada de sus leyes propias por el Creador.

      Los efectos del Matrimonio son:

  • Origina entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo, de modo que el matrimonio válido celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás.        Los cónyuges reciben una gracia propia del sacramento por la que:

  • Quedan como consagrados por un sacramento peculiar para los deberes y la dignidad de su estado.

  • Se fortalece su unidad indisoluble.

  • Se ayudan mutuamente a santificarse con la vida matrimonial conyugal y en la acogida y educación de los hijos.

  • Entre bautizados, el matrimonio ha sido elevado por Cristo Señor a la dignidad de sacramento.

Orden sacerdotal

  • Perpetúa los ministros que transmiten la vida divina

  • El Orden es el sacramento gracias al cual la misión confirmada por Cristo a sus apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico.

  • Comprende tres grados: El episcopado, el presbiterado y el diaconado.

  • La Iglesia confiere el sacramento del Orden únicamente a varones bautizados, cuyas aptitudes para el ejercicio del ministerio han sido debidamente reconocidas. A la autoridad de la Iglesia corresponde la responsabilidad y el derecho de llamar a uno a recibir la ordenación.

  • Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la Fe a los hermanos (cf. Lucas. 22, 32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.

Unción de los Enfermos 

  •  Mantiene la vida divina en los sufrimientos de la enfermedad grave o la vejez.

  •  La gracia especial del sacramento de la Unción de los enfermos tiene como efectos:

  •  La unión del enfermo a la Pasión de Cristo, para su bien y el de toda la Iglesia;

  •  El consuelo, la paz y el ánimo para soportar cristianamente los sufrimientos de la enfermedad o de la vejez;

  •  El perdón de los pecados si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la Penitencia;

  •  El restablecimiento de la salud corporal, si conviene a la salud espiritual;

  •  La preparación para el paso a la vida eterna.

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